Nuestro mirar, casi siempre está buscando agarrarse a algo, en la mayoría de los casos, aprobación o confirmación de lo de fuera.. Con nuestra manera de mirar y de querer retener eso que nos gusta, nos tensionamos y llevamos al cuerpo en una tensión y alerta permanente. Es como si hubiéramos nacidos con
unos ojos que solo están educados para vivir desde esa tensión superficial.
Aflojar la mirada es "soltar" y como consecuencia, distensión en el resto del cuerpo; lo que nos permite escuchar y mirar desde el silencio.
En ese aflojar, no hay que estar pendiente de iluminar ni de amar nada, ya que a partir de que dejamos de incordiar nosotros, todo se percibe como sucediendo desde una naturalidad de Ser que lo está integrando y unificando todo.
1 comentario:
Cuando dejemos el miedo desvanecerse se llenará la copa de la fluidéz.
Las pruevas de la vida vienen a lo que se está más agarrado y eso al final produce muerte.
Gracias.
Publicar un comentario